domingo, 10 de octubre de 2010

Los superdemocráticos: "El colectivo" en Alemania


Kapitäninnen

von Rike Bolte







Rike Bolte, Lateinamerikanistin und Organisatorin des mobilen Poesiefestivals Latinale, hat nach Autorinnen des Buchmesse-Gastlands Ausschau gehalten.

In den achtziger Jahren fragt Luisa Valenzuela mit dem Biss eines ihrer Nano-Texte – Titel: “Pregunta: ¿quién capitanea…”, im Jahrtausend zu einem bloßen “P&R” zurechtgefiedert – wer da einen herrschaftlich über gespiegelte Luft dahingleitenden Dreimaster anführe. Morgan ist’s, und an seiner Seite Señora la Fata Morgana. Valenzuela begeistert sich noch in anderen Minis für imaginäre Piraterie. Frankfurt 2010: Wer führt auf dem Zehnmaster, 578.000 qm Grundfläche, ins argentinische Meer der literarischen Illusionen? Da wird Valenzuelas Roman “Morgen” verschifft (Edition Milo). Es geht stromaufwärts, achtzehn dem textuellen Terrorismus verschriebene Damen sind an Bord. Der Morgen wird gekapert, die Texterinnen arrestiert, ihre Stimmen ausgemappt. Bleibt ein Laptop als kommunikative Insel und berichtet fortan von der residualen Odyssee, wenngleich die biblioklastischen Schärgen auch hier noch ihre Arbeit tun, bis Hacker und andere Agenten in wirkungsvolle Kontra-Aktion treten.

Wer eskortiert Valenzuelas Verschiffung nach Frankfurt 2010? Stechen weitere Fatas und Morganas in See? Ein spiegelnder Blick genügt, um festzustellen, Morgans gibt es einige, Piratinnen könnten es mehr sein. Doch die jungen darunter, sie mausern sich. Blick durchs Fernrohr: Samanta Schweblins “Die Wahrheit über die Zukunft” (Suhrkamp) verspeist lebendige Vögel, in Laura Alcobas “Das Kanichenhaus” (Suhrkamp) wird eine Flugblattdruckerei zur Kaninchenzuchtstätte umdeklariert. Maria Sonia Cristoffs Reportagen, “Patagonische Gespenster” (Berenberg): so reicht eine Chatwin die Hand! In Lucía Puenzos “Der Fluch der Jacinta Pichimahuida” (Wagenbach) klappert eine argentinische Twiggy delirant gegen die Gespenster einer virtuellen Vergangenheit an; in Eugenia Almeidas “Der Bus” (Stockmann) hält keiner mehr an, während in Lola Arias “Liebe ist ein Heckenschütze” (Blumenbar) motorisierte Amazonen sich das Herz aus dem Leibe heizen. In Mariana Enríquez “Verschwinden” (Hans Schiler) steht jemand schließlich am Rande des Strudels. Bordbucheintrag: den großen Fischen sei das Verschiffen, auch jenes der in Argentinien schon lange äußerst stimmkräftigen Morganas (Valenzuelas Ko-Texterinnen!) weiter empfohlen. Die wendigen Fische sichten ihre Beute auch ohne Empfehlung. Gratulation!


domingo, 29 de agosto de 2010

Presentación de "La pieza del fondo"













29 de Agosto, 19.30hs
Presentación del libro La Pieza del fondo, de Eugenia Almeida (editorial Edhasa).
Presentación a cargo de Carlos Schilling y Emanuel Rodríguez.
Lectura a cargo de Eugenia Almeida.
Bonus: música de Andrés Oddone.

Sobre el libro
Un hombre viejo pasa cada día en un banco de plaza. En silencio, quieto, como si la vida se hubiera terminado para él. Las palomas lo rodean, las miradas lo evitan. Salvo una; la de una moza que intenta recuperarlo. Sin éxito, hasta que un día ese hombre desaparece. Su ausencia desencadena la trama de La pieza del fondo.
Como si fuera una ficha de dominó, una ficha fantasma que cae y empuja a todas las otras, que estaban paradas aunque no necesariamente firmes. La búsqueda de ese hombre llevan a la historia a una comisaría, a un hospital, y sobre todo a una galería de personajes que estarían en el margen de la sociedad si fueran capaces de saber que la sociedad tiene un centro y también una periferia. Ignoran eso, ligeramente aturdidos por la pena y la soledad, y no obstante aun tiernos, aun capaces de socorrer al otro, de olvidarse de sí mismos con naturalidad e incluso con satisfacción.
Igual que en El colectivo, Eugenia Almeida escribió una novela hecha de atmosferas y sugerencias, con diálogos punzantes que no renuncian a la poesía de la escritura, con una aguda sensibilidad para captar la luz y la sombra de sus protagonistas y para mostrarlos en un estado de conmovedora pureza.


http://ccec.org.ar/2010/08/la-pieza-del-fondo/

martes, 24 de agosto de 2010

Aires Impalpables. Comentario sobre "La pieza del fondo"


EUGENIA ALMEIDA - LA PIEZA DEL FONDO 

Un hombre viejo que pasa el día en el banco de una plaza es la imagen inicial de "La pieza del fondo", una novela de Eugenia Almeida que trata sobre los otros, una dirección cruzada por el desasosiego de la vida, los silencios, las palabras, y también la soledad.

"Sí, no hay otra cosa en el mundo más que la relación con los otros y ese desasosiego que aparece en la novela, ese silencio, esa imposibilidad del lenguaje para decir lo que es más necesario decir, es un poco mi experiencia en la vida, la forma en que miro el mundo en general", dice Almeida en una entrevista con Télam.

Ese viejo de la plaza, silencioso y que pasa desapercibido para la gente que transita indiferente por el lugar llama la atención de una moza de bar, empeñada en darle de comer, en ayudarlo.


Y esa situación desencadena otras que se sostienen a partir de personajes unidos por la casualidad, por lazos familiares o de trabajo.

"Siempre cuando escribo algo se va dando, no tengo la necesidad de armar un plan y llevarlo a cabo. Parece que el plan está en otro lado y me obliga a mí a respetarlo. Los personajes aparecen -incluso algunos no me gustan- pero bueno están en la historia", menciona la autora cordobesa de "El colectivo" (2005), novela ganadora del Premio Internacional "Dos Orillas", publicado en España, Portugal, Francia, Grecia, Italia y este año en Alemania.

"Me interesa el énfasis en la relación con el otro, cómo cada uno se va enlazando al otro y cómo a veces no somos conscientes de cuán enlazados estamos: incluso con gente de la que no tenemos idea que pueda ser influida por nuestras acciones", remarca.

Una imagen que surge espontáneamente en la novela es la del buen samaritano y la inutilidad de algunos gestos: "El buen samaritano tiene una intención limpia de todo interés personal, ahora si hablamos de eficacia, siempre la eficacia de toda acción humana es frágil ante la perdida de un hijo, de una madre, de una pierna".

Frente a las pérdidas de los personajes de la novela recién publicada por Edhasa, "es precario lo que puedan hacer los demás por nosotros, pero es indispensable: no cura, no salva, no cierra, no soluciona, a veces ni siquiera alivia, aunque sin eso el mundo sería el desierto más horroroso".

"No hay nada más que la relación con los otros y al mismo tiempo estamos absolutamente solos. Es un desafío aceptar esta precariedad que es la experiencia de la vida humana", reflexiona Almeida.

¿Por qué hay tantas alusiones al agua? "Es algo que descubrí después de terminar la novela -confiesa-. Se la di a leer a dos amigos y uno me mencionó que el agua atraviesa toda la historia: En el agua uno descubre que las cosas pueden pesar de otra forma, uno se mueve a otra velocidad.

Tiene que ver, creo, con todo lo que no se dice, no se termina de nombrar, quizá porque es imposible".

Otra idea "muy inquietante" es cómo uno detecta al otro.

Mientras escribía estaba leyendo a Simone Weil, la filósofa francesa, y ella dice que el mandato de amar al prójimo consiste en ver al otro como un mundo diferente y no como parte del mundo que uno es".

"Y eso es indispensable decírnoslo todos los días. Porque la tendencia es creer que conocemos a los demás y manejarnos como si fueran parte de nuestro mundo y no mundos apartes", aclara.

Para la escritora el lenguaje está en todo lo que ve. "Una experiencia tan radical que afecta nuestra manera de ver el mundo, de explicar las cosas; uno se puede destrozar la cabeza contra los límites del lenguaje, decía Wittgenstein".

En nuestra cultura "siempre el lazo con el otro tiene algo del lenguaje ahí enganchado", afirma y menciona una escena "donde Elena -uno de los personajes principales- le reprocha al médico que haya utilizado su nombre. Cuán fuerte es decir el nombre de otra persona. Y si decimos el nombre de alguien ausente -vivo o muerto- no sabemos hasta qué punto se está creando algo".

Almeida alude al silencio "como un embrión que está en cada palabra, el silencio es constitutivo del lenguaje, sin él no habría palabra. Siempre está cargado de algo, nunca está vacío".

El título "La pieza del fondo" tiene sentidos múltiples: "Una pieza ubicada en las profundidades de cada ser humano, una celda en la comisaría, el consultorio de Elena, el cuarto al final de la casa que ella alquila, repleto de cosas ajenas. Somos eso también: un depósito de cosas ajenas que tenemos que empezar a reconocer, y no sé si ese trabajo no tiene que ver con la locura", desliza.

Comentario aparecido en noticias.terra.com.ar el 19/08/2010





sábado, 22 de mayo de 2010

La versión francesa de "La pieza del fondo" en France Inter con Paula Jacques



Cosmopolitaine             Paula Jacques









"La Pièce du Fond, le deuxième livre de la romancière argentine, s’ouvre sur un personnage assis sur un banc, un vieux clochard dont le mutisme et l’immobilité dérangent les habitudes, délient les langues et les secrets des habitants d’une petite ville corsetée dans sa routine". 


http://www.franceinter.fr/em/cosmopolitaine/91314