sábado, 31 de mayo de 2014

Variaciones en negro - Relatos policiales hispanoamericanos






Un crimen siempre implica atravesar una frontera: cruzar la línea marcada, ir más allá de lo permitido. Bajo el subtítulo “Relatos policiales hispanoamericanos”, esta antología presenta trece historias que hablan de ese momento de trance.

Entierros, amenazas telefónicas, gente que intenta salir del país, hechizos, manos que huelen a muerto. Una loca y el modo en que relata un crimen. Accidentes de autos. Realidades que cambian al ser contadas por distintas voces. Engaños. 

Los cuentos –protagonizados por detectives privados, periodistas, mafiosos, policías, sicarios y grupos parapoliciales– incluyen algunos homenajes explícitos a los clásicos de la literatura policial negra.

Con relatos firmados por autores de España (Vázquez Montalbán, Paco Ignacio Taibo II, Juan Madrid y Andreu Martín), Argentina (Mempo Giardinelli, Ricardo Piglia, Miryam Laurini y Rolo Diez), Chile (Díaz Eterovic y Poli Délano), Cuba (Leonardo Padura), Colombia (Santiago Gamboa) y Brasil (Rubem Fonseca), este libro aporta elementos para pensar de qué modo un género cambia según la región en la que se escribe.

La antología –que incluye un prólogo donde Leonardo Padura rastrea las características de lo que denomina el “neopolicial iberoamericano”– permite hacer un repaso histórico que puede servir como modelo de sistematización o como mapa de futuras búsquedas.





Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X


jueves, 29 de mayo de 2014

Las puertas del infierno / John Connolly





Desde hace tiempo los científicos vienen hablando de mundos paralelos, de realidades alternativas que podrían existir y que la física rastrea e investiga. También los líderes religiosos hablan de algo que existiría “más allá”: lugares maravillosos o terroríficos donde seríamos castigados o premiados por nuestras acciones. ¿Qué pasaría si alguien encontrara el umbral que comunica este mundo con los otros?

Samuel Johnson tiene once años. Vive en un pequeño pueblo de Inglaterra. Siempre está acompañado por Boswell, su perro salchicha. La relación con los adultos es complicada: su padre se ha ido de casa, su madre no lo toma muy en serio, la chica que lo cuida es una tirana, sus profesores lo consideran una molestia porque siempre está preguntando cosas que ellos no saben responder.

En ese contexto, Samuel tendrá que enfrentarse a una dificultad cotidiana que viven todos los niños: lograr que los adultos los escuchen y les crean. Pero aquí la dificultad es mucho mayor porque lo que hay para decir es muy poco verosímil. ¿Cómo convencer a los demás de que en la casa de la Avenida Crowley al 666 los vecinos se han convertido en demonios y están a punto de abrir las puertas del Infierno?

En las afueras de la ciudad de Ginebra funciona el Gran Colisionador de Hadrones (una máquina que busca descubrir el bosón de Higgs, “el componente más básico de todo lo que constituye el mundo material”). Dos científicos juegan a la batalla naval cuando algo extraño sucede: una partícula se escapa y un código desconocido comienza a reescribir la memoria de las computadoras.
El Gran Malevolente prepara su invasión.

Llena de referencias literarias, filosóficas y científicas (los agujeros negros, la belleza de las singularidades, la materia y la energía oscura), esta novela está atravesada por el humor no sólo en el relato de la historia sino también en las abundantes y divertidísimas notas a pie de página.

Criticando explícitamente los costados opresivos y autoritarios de la religión y la educación, Connolly se permite reír de ciertas pequeñeces y al mismo tiempo poner de relieve la potencia del Mal con mayúsculas: eso que acecha en un rincón esperando el momento en que, por hacer o no hacer, lo convoquemos y abramos las puertas.


El libro se difundió como una novela para niños pero cualquiera puede disfrutarlo. Atrapa, da miedo, emociona, hace pensar, hace reír ¿se puede pedir más?


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X


martes, 27 de mayo de 2014

Zoetrope All Story






Un juego que consiste en contar mentiras se convierte en un modo de revelar lo oculto, lo posible, lo inesperado. Un escritor que visita a un paciente psiquiátrico en la cárcel. La esposa y la amante de un hombre que agoniza. Un libro de autoayuda para mujeres que quieren conseguir marido. Un frenético encuentro entre un padre y un hijo. Un secreto que podría cambiar todos los nacimientos. Un leopardo que se presenta en sueños. El paso, impredecible, de un amor a otro. Alguien que va camino a Alaska. Un suicidio. Dos pescadores y un criadero de truchas. Un relato sarcástico sobre la vida académica estadounidense y la política de cupos para las minorías. Un ascensor que se rompe y reúne a dos desconocidos. ¿Cómo enlazar estas historias?

Francis Ford Coppola está convencido de que toda productora de cine debería tener un departamento de escritura que privilegie el cuento por sobre el guión. Con esa convicción, en 1997 el director estadounidense creó la revista Zoetrope: All Story y convocó a diversos escritores sugiriéndoles un tema a desarrollar. Este libro reúne algunos de los cuentos publicados en la revista. 

Con dieciocho textos –algunos de carácter no ficcional– y una selección de autores muy diversos entre los que están Javier Marías, Salman Rushdie y Nicola Barker, la recopilación es muy variada en registros y temas. Como toda antología, lo que late es la invitación a conocer más, a descubrir autores y a buscar otras de sus obras.


Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
Febrero de 2014



domingo, 25 de mayo de 2014

La edad de la franqueza - P.D. James






El 3 de agosto de 1997, en su cumpleaños número 77, la escritora P.D. James decidió comenzar un diario y detallar su vida durante un año. El resultado final se parece a esos relatos que suelen hacer las abuelas: una narración que va y viene, que mezcla el presente con el pasado, que pone en un plano de igualdad el detalle mínimo cotidiano y los hechos extraordinarios.

Con una mirada conservadora en relación a la política y al análisis de la sociedad, James va detallando su vida laboral (enfermera de la Cruz Roja; empleada pública en hospitales, juzgados y el departamento de policía; integrante del  consejo directivo de la BBC; miembro de la Cámara de los Lores), algunos hechos históricos (la Segunda Guerra Mundial, el lanzamiento de la bomba atómica, la caída del muro de Berlín, la muerte de Lady Di) y  tramos de su historia personal (el nacimiento de su hija en pleno bombardeo; las internaciones psiquiátricas de su madre y su esposo; una infancia recordada como “una meseta de temor con picos ocasionales de ansiedad aguda”).

La autobiografía también ofrece reflexiones en torno a la escritura. James recomienda autores y analiza parte de la historia del policial en lengua inglesa. Aparejado a esto y a su experiencia en los tribunales y la policía, la escritora repasa algunos casos criminales, como aquella serie de asesinatos en los que se basó De Quincey para escribir “El asesinato considerado como una de las bellas artes”.


Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
Febrero de 2014



viernes, 23 de mayo de 2014

Tierra marcada - Antología de cuentos latinoamericanos del siglo XX






Esta antología de cuentos latinoamericanos del siglo XX ofrece una selección de nueve relatos. Voces cubanas, argentinas, chilenas, mexicanas, brasileras, peruanas y paraguayas para nombrar un territorio. Cabrera Infante, Cortázar, Donoso, García Márquez, Garro, Lispector, Rybeiro, Roa Bastos y Rulfo.  

En estas páginas hay pequeñas revoluciones de estilo (Cabrera Infante y sus perfectas catorce páginas sin signos de puntuación), referencias históricas (“Reunión”, donde Julio Cortázar le da voz al Che Guevara o “La culpa es de los tlaxcaltecas”, en el que Elena Garro vuelve al momento de la conquista) y un mapa humano de nuestra tierra. 

Un hombre que sueña con una patria nueva, un desembarco en una isla, extranjeros que miran con ojos ajenos, un artesano que construye la jaula más hermosa del mundo, una mujer que descubre que “todo lo increíble es verdadero”, un desalojo, la opresión, una vieja a la que todos llaman “muchachita”, un vagón escondido en medio de la selva paraguaya, una venganza innecesaria, un cuerpo rodeado de zopilotes y un enorme deseo de rebelión.

En la heterogeneidad de estos relatos es imposible no resaltar la inquietud y zozobra que tan bien maneja Clarice Lispector y el bellísimo sonido que Rulfo sabe sacarle al lenguaje.


Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
Marzo de 2014



lunes, 19 de mayo de 2014

El tiempo de los regalos - Patrick Leigh Former







La historia comienza en 1933 cuando, con sólo 18 años, Patrick Leigh Former da el primer paso de su larga caminata hacia Constantinopla. Lo han expulsado de la escuela. Está en una de esas encrucijadas en las que el camino parece abrirse o cerrarse para siempre. Elige pasar su vida recorriendo países, escuchando a la gente, intentando contar lo que ve. Su largo periplo entre Londres y Constantinopla es el primero de sus viajes. Cuarenta y cuatro años después, Former retoma sus diarios y escribe este libro. Cuatro países: Holanda, Alemania, Austria y Checoslovaquia. Ese es el tramo que narra en este volumen. El relato se interrumpe en el momento en que Former cruza la frontera de Hungría. 

Viaja en barco, en tren o en camión sólo si es inevitable. Su objetivo es hacer el recorrido a pie. El secreto del viaje es la intensidad, no la prisa. La clave está en escuchar, en aceptar las invitaciones, en dejarse rodear por la hospitalidad, en asomarse a las vidas cotidianas. Ser testigo y parte. Caminar bajo la nieve, navegar por el Rin, ver las banderas nazis que comienzan a flamear en las calles alemanas, caminar por la vera del Danubio, quedarse inmóvil ante una enorme bandada de cigüeñas. Dormir en una celda, en un establo, en un palacio; conversar con aristócratas, campesinos, pastores; compartir encuentros en tabernas, albergues, asilos y abadías; ofrecerse a hacer retratos casa por casa. Desviarse por caminos imprevistos, detenerse en los perfumes, los sabores, los idiomas y sus acentos. Former observa, describe y enlaza su relato con la literatura y la pintura. Cada paisaje se abre como un mapa en el que el viajero va relatando parte de la Historia de Europa. 


Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
Marzo 2014



jueves, 15 de mayo de 2014

En la tierra de los olivos - Sumaya Farhat-Naser






1948. Mientras los israelíes celebran la creación de su Estado –un lugar donde refugiarse de las persecuciones y el genocidio–, los palestinos viven la Nakba (la catástrofe): 700.000 personas son expulsadas de sus tierras, los pueblos son arrasados. Ese es el año en el que nace Sumaya Farhat-Naser.  

Vive en una tierra oprimida. Un ejército de ocupación decide la vida de todos. A los palestinos se los hostiga con ataques, con muros, con “carreteras de asentamiento” por las que no se puede circular. La gente queda aislada de sus cultivos, de sus familiares. Los olivares son destruidos. La confiscación de propiedades, los desplazamientos forzados, los campos de refugiados. La obligación de pedir permiso para viajar al extranjero. La prohibición de volver para muchos de los que se han ido. La violencia del ejército –misiles cayendo en plena calle– y también la de algunos colonos que disparan a sus vecinos. Los puestos de control por todas partes. Las demoras interminables para recorrer unos kilómetros. Los cines de Ramallah cerrados durante treinta años. Libros prohibidos y quemados.  La discriminación, el apartheid, la segregación.  

Cuando la autora termina de trazar el paisaje de la vida cotidiana en un país ocupado por un ejército extranjero, se esperaría que esté llena de rencor, de furia. ¿Qué es lo que hace que alguien contraponga al odio, a la locura, a la violencia, la firmeza de la paz?

A mediados de los 80 Farhat-Naser se contactó con algunas activistas israelíes. Tender un puente hacia aquellos que son considerados el enemigo puede ser cuestionado por propios y ajenos. Se corre el riesgo de ser llamado traidor, colaboracionista. Luchando contra esas limitaciones, un grupo de mujeres comenzó a reunirse de modo informal y clandestino. En 1988, seis palestinas y seis israelíes se encontraron en Jerusalén para discutir caminos en común. En el marco de esos encuentros, en 1994 se crearon dos organizaciones: Hija de la paz (Israel) y el Centro Jerusalén para Mujeres (Palestina). Ambas instituciones se asociaron para formar El enlace Jerusalén.

El trabajo no fue sencillo. No podía obviarse que uno de los grupos pertenecía a la fuerza ocupadora y el otro a las víctimas de esa ocupación. Las mujeres palestinas pedían algo tan básico que sacude: que el Estado de Israel cumpliera con los Acuerdos de Oslo y con las resoluciones de la ONU. Algo que, aún hoy, no se ha logrado.

Farhat-Naser (directora del Centro Jerusalén para Mujeres hasta 2001) describe las discusiones, los malentendidos, los debates, el recorrido y el esfuerzo que exige construir un proyecto común. Son especialmente interesantes las cartas que intercambia con dos de las directoras de Hija de la paz: Daphna Golan y Gila Svirsky. 

En la tierra de los olivos es valioso por lo que cuenta –en tanto material histórico y de denuncia– pero también como testimonio de la complejidad que implica trabajar con otros, intentar llegar a un consenso. El libro recuerda, también, que todo entendimiento posible debe tener como base el reconocimiento del otro. Y que no hay paz sin justicia.  


Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
Marzo de 2014




martes, 13 de mayo de 2014

Memoria Plural. Entrevistas a escritores latinoamericanos / Danubio Torres Fierro





Publicado originalmente en 1986, este libro recopila conversaciones entre el periodista uruguayo Danubio Torres Fierro y algunos de los autores más representativos de la literatura latinoamericana. Las entrevistas, realizadas entre 1974 y 1982, permiten conocer más en profundidad un momento histórico de escritores nacidos en Argentina (Bianco, Bioy Casares, Girri, Molina, Orozco, Puig y Sábato), Brasil (Cabral de Melo Neto y Haroldo de Campos), Cuba (Cabrera Infante y Sarduy), México (Elizondo y Fuentes), Chile (Edwards) y Perú (Vargas Llosa).

Allí van a aparecer las elecciones estéticas de cada uno, la concepción de literatura que los habita, sus ideas políticas, su relación con los colegas, su particular modo de ver el mundo y algunos relatos de vida: una charla de café entre Bioy Casares, Octavio Paz y André Breton; Borges riéndose como loco mientras Bioy Casares lee el cuento que acaban de escribir. Son especialmente recomendables los detalles de Cabrera Infante sobre su familia: cómo su abuelo mató a su abuela y luego se suicidó; el día en que arrestaron a sus padres por razones políticas; las dos imágenes que su madre tenía pegadas en la cocina: un retrato de Stalin y otro de Jesucristo.

A eso se suman los comentarios de Puig sobre El beso de la mujer araña mientras estaba escribiéndola y el énfasis con el que Sábato expresa su rechazo a los intentos de “explicar” la ficción.

Con una mezcla de autores que combina países, lenguas y géneros, las entrevistas son una invitación a buscar la obra de estos escritores. Quizás con la esperanza de que suceda lo que anuncia Olga Orozco: “si dije que cuando escribo atravieso un territorio de fuego y que el resultado de esa travesía es un pálido mapa, también digo que el lector convertirá a ese mapa –otra vez– en un territorio de fuego.”


Eugenia Almeida

Publicado en Ciudad X
Octubre 2013




domingo, 11 de mayo de 2014

Lettres Vives: comentario sobre la versión francesa de "El colectivo"

L’autobus, Eugenia Almeida, Métaillié













"Un roman très visuel dans lequel les mots d’Eugenia Almeida nous font saisir toute l’atmosphère de cette Argentine au bord du gouffre.

Passionnant!"









viernes, 9 de mayo de 2014

La invención de la soledad - Paul Auster





Las ocho de la mañana de un domingo. El teléfono suena. La noticia rompe el día: alguien llama para decir que el padre de Paul Auster acaba de morir. Ese es el germen de esta novela que vuelve una y otra vez sobre el lazo que una persona puede establecer con su padre, con su hijo, con los recuerdos, la memoria y la soledad.

¿Qué queda de nosotros después de morir? ¿En qué momentos terminamos de desvanecernos? ¿Hemos dejado algún rastro? Y si fue así ¿cuánto durará su presencia en el mundo?

Auster trabaja en el territorio de cruce entre autobiografía y ficción. En la primera parte de la novela, “Retrato de un hombre invisible”, el narrador reconstruye pieza a pieza la historia de su padre, “un perpetuo forastero, un turista en su propia vida”. Allí están las evidencias materiales, las cosas que el hijo deberá sacar de la casa, las fotografías, las huellas de un hombre que construyó a su alrededor un espacio de soledad “como forma de retirada, para no tener que enfrentarse a sí mismo, para que nadie más lo descubriera”. Junto a ese inventario irá apareciendo la historia familiar y un viejo secreto impreso en las páginas policiales de un diario.

La segunda parte, “El libro de la memoria”, se centra en la historia del hijo y cambia radicalmente de estilo y de tono. El registro se emparenta con el cuaderno de notas. Un hombre, en absoluta soledad, va dejando huellas de sus lecturas, de sus planes, de esa larga serie de mojones que puede unirlo o alejarlo de los demás.


Auster plantea aquí los temas a los que volverá a lo largo de toda su obra: la memoria, la escritura, las casualidades, las lecturas y los dobles. Quizás el eje de esta novela no sea la soledad sino la dificultad de comprender a alguien, de definirlo; lo precaria que puede ser la estrategia de “la anécdota como forma de conocimiento”.


Eugenia Almeida
Publicado en Ciudad X
2013



miércoles, 7 de mayo de 2014

Fantasmagoriana







Junio de 1816. Cuatro amigos conversan después de la cena. Lord Byron, el dueño de casa, propone que cada uno escriba una historia de terror. Están en Villa Diodati, a orillas de un lago, en la ciudad de Ginebra. Afuera hay una gran tormenta.

Polidori es el médico de Byron. Escribe una historia en la que una mujer es castigada por su indiscreción. El poeta Percy Shelley comienza un relato pero no lo termina. Byron también deja el trabajo por la mitad.

Mary Wollstonecraft no logra dar con una idea que la entusiasme. Su amante, Shelley, le insiste para que no desista. Unas noches después, a raíz de otra conversación de sobremesa, Mary, de sólo 18 años, se topa con el germen de la obra que la convertirá en un clásico. Escribe un cuento que luego se convertirá en novela. El personaje principal se llama Frankenstein.

Aquella noche quedó grabada en la historia de la literatura no sólo por la aparición del mítico monstruo. El cuento que Byron había dejado sin terminar fue retomado años después por Polidori. Su relato será considerado la primera narración en lengua inglesa en la que aparece un vampiro.

Los cuatro amigos son reunidos en la antología Fantasmagoriana pero no con lo que escribieron aquel junio de 1816 (salvo en el caso de Byron). El libro incluye una narración de Percy Shelley, el relato inconcluso de Byron, la reelaboración que escribió Polidori y un cuento de Mary Wollstonecraft Shelley posterior a “Frankestein”.


Eugenia Almeida
Publicado en Ciudad X
Marzo 2014




lunes, 5 de mayo de 2014

Maman à Paris: comentario sobre la versión francesa de "El colectivo"



L’autobus de Eugenia Almeida


Un bus collectif ne s’arrête pas dans un village plusieurs jours de suite, faisant naître une situation étrange où le quotidien déraille, où les personnages semblent être devenus des marionnettes.

Une réflexion subtile sur le pouvoir et la manipulation, un premier roman bien ficelé.


http://www.mamanaparis.fr/L-autobus-de-Eugenia-Almeida,600


sábado, 3 de mayo de 2014

Villa / Luis Gusmán




Perón agoniza, hay una manifestación en Plaza de Mayo, el doctor Villa observa desde una ventana. Su trabajo en la Dirección de Aviación Sanitaria cambia día a día. Su jefe ha caído en desgracia por denunciar que el día de la masacre de Ezeiza desde el Ministerio salieron ambulancias cargadas de gente armada.

La novela avanza desnudando el modo en que alguien se compromete paulatinamente con la oscuridad. La manera en la que se colabora con el terror político a veces se construye de gestos mínimos: un secreto, el temor a los jefes, el deseo de agradar, la ambición, las pequeñas miserias personales.

Perón muere. Las calles se llenan de cadáveres. La sede del horror parece estar justamente en el Ministerio de Bienestar Social. El tráfico de cajones clandestinos, los falsos certificados de defunción, las emergencias en medio de la noche, las omisiones en los libros de guardia, los cuerpos sin nombre, la hipocresía y la corrupción en las reparticiones públicas, la mascarada de lo administrativo. Un hombre que, cediendo y cediendo, se encuentra frente a otro que dice: “El dinero mantiene la boca cerrada. Y sólo el dolor la abre.”


El tono que Luis Gusmán encuentra ya desde la primera línea atraviesa toda la novela. Un libro que es difícil de dejar aun si lo que se lee siempre provoca espanto. Una historia que retoma la lenta construcción de la violencia estatal en los años previos al golpe, el sombrío poder de López Rega y los suyos.


Eugenia Almeida

Publicado en Ciudad X

Septiembre 2013

jueves, 1 de mayo de 2014

Sirenas en el campo de golf / Patricia Highsmith




Pequeñas fotografías de espanto y desolación.
Un hombre que desea sacrificar a su hijo –en el sentido más terrible del término–, como si fuera un animal agonizante, sólo porque no puede soportarlo; el deseo de matar a alguien reprimido al punto tal que esa furia  incontenible se derrama sobre otro; una mujer que apunta con un arma; un asesino que se lleva un botón de la ropa de su víctima; una fotografía que perpetúa un momento terrible; una visita inusual, un reloj que desparece y una avalancha de cosas que derrumba a una pareja; un pintor en una habitación de un hotel en México, implicado en el asesinato de un niño; un jardín lleno de perros y gatos embalsamados; un extraño visitante que sólo la dueña de casa puede ver; un hombre que necesita destruir su propia casa; una profesora de inglés que envía cartas a un escritor que admira, una emoción que se descarrila, un accidente, una cicatriz.

Los once cuentos de este libro exponen momentos en los que se está a punto de tomar una decisión y caer en lo irreparable. Patricia Highsmith es especialista en llevarnos hasta el borde del abismo y dejarnos solos frente a lo que habríamos hecho, a lo que podríamos hacer en circunstancias diferentes. Así como hay autores que deslumbran por el modo en que resuelven las situaciones, la escritora estadounidense se destaca por su manera de desarrollar la historia, la creación de un entorno, el silenciado paisaje de la desesperación.

Algunos personajes son tan escalofriantes que uno desearía no leer, no saber, no participar de lo que piensan y sienten, convencerse de que no existe gente así en el mundo. Pero Highsmith no avala las miradas compasivas. Sus cuentos son la obra de un cirujano. Fría, anestesiada, precisa, brutal. No siempre trae la cura pero sabe cómo pueden ser las personas más allá de la superficie.


Con cada historia, la escritora parece decir: todos somos capaces, todos estamos al borde de la locura, todos vivimos asomados a ese desfiladero. Somos bombas de tiempo temblando antes de estallar.


Eugenia Almeida

Publicado en Ciudad X
Septiembre 2013