La historia comienza con un escenario de confesión, de arrepentimiento. Un
hombre llora, su mujer lo acompaña, le hace preguntas, busca entender. Hay
algo, en el pasado, que los ha marcado. Aquel joven que iba de camino al
seminario para ordenarse como sacerdote. Ese que se dejó alcanzar por un
encuentro imprevisto.
Un libro que habla de la fe, de la vocación religiosa y de la guerra que a
veces se desata entre ellas. Pero también habla de los celos, del deseo de
poseer a otro, de la furia, de la confusión entre el amor y la
dominación.
François Mauriac publicó esta novela en 1954, dos años después de recibir
el Premio Nobel.
Eugenia Almeida
Publicado en Ciudad X
Diciembre 2012
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