" (...) Así como el policial sueco se metió en el mercado global, no es imposible que mañana haya una tradición argentina, un poco a la manera en que el malbec se empezó a vender en las vinotecas del mundo. A una cantidad de escritores que practican el género, se agregan festivales y notas periodísticas que sugieren un boom a mediano plazo. Para prepararme para tal eventualidad, leí La tensión del umbral, de la cordobesa Eugenia Almeida. Almeida, como muchos escritores y cineastas contemporáneos, hace que el Mal se origine en la dictadura y llegue al presente vía los hijos de desaparecidos. Pero rodea ese lugar común de la política actual con tres elementos propios e interesantes: una prosa modernista apoyada en la mezcla permanente de voces, la aparición entre esas voces de las de los verdugos (notorias ausencias en la ficción y la no ficción nacionales) y una mirada sobre las tinieblas de la sociedad que coloca la obediencia en el centro de la degradación. Tiene algo esa novela."
Quintín
Diario Perfil
04 - 10 - 2015
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