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miércoles, 1 de junio de 2016

Hasta que te conocí - Luis Gusmán




Mentira la verdad 


Existe algo que podríamos llamar la “cosmogonía Gusmán”, una red de puntos sobre los que el autor vuelve una y otra vez, versionándolos, transformándolos a la luz de una nueva historia. No se trata sólo de ciertos temas (los dobles, los muertos, el duelo, la identidad, los fantasmas, las réplicas) sino, fundamentalmente, de cierta atmósfera. Una clima siniestro y familiar, un eco que vuelve a sorprender, un permanente deslizamiento de sentidos. Si uno recorre la obra del escritor argentino podrá reconocer, aquí y allí, esas líneas que van atravesando cada uno de sus libros. Y sin embargo, ninguno de ellos se parece entre sí. 

Hasta que te conocí comienza con una marca de agua propia de Luis Gusmán: un sueño en el que un muerto habla. El soñador es Walenski, un ex pesista que trabaja en un gimnasio de Avellaneda. El muerto es Smith, su viejo amigo y compadre. Dos personajes heredados de Tennessee, un libro que Gusmán publicó en 1997.

Walenski sobrevive como puede, convertido en “un hombre solo” que repite su rutina cotidiana. Algo cambia cuando una chica viene a buscar a uno de sus clientes. Ella está embarazada, él ha desaparecido. Walenski se siente convocado por esa historia. Decide ayudar. A su manera.

Poco después aparece un cadáver en una zanja. Cerca del cuerpo, un perro muerto. Ambos han recibido una bala en la cabeza. El inspector Bersani es el encargado de investigar el caso.

Un comisario, dos mujeres, un ex pesista, el dueño de un boliche, un stripper, cuerpos tatuados, un féretro cargado por un grupo de patovicas, la Asociación Protectora de Animales, un viejo en un geriátrico, una veterinaria, las zonas liberadas, las peleas clandestinas de perros, las fábricas abandonadas, una carta, una urna con cenizas y el Riachuelo. Todo se cruza en este policial en el que lo central no es el enigma sino las reacciones de cada personaje ante una realidad turbia que se presenta como confusión, como malentendido o como mentira. 

Estructurada en ocho capítulos, la novela va recorriendo diferentes escenarios de la Capital federal y el Conurbano bonaerense. Son muchos los temas que Gusmán hace jugar en este libro: los cuerpos como mercancía, la vejez, el paso del tiempo, el desgaste, los celos, la corrupción, la soledad, los amores desencontrados, la violencia y los fracasos. Pero finalmente todo eso confluye en una palabra: duelo. Lo que experimentamos cuando algo nos falta. Algo que se hace presente desde su ausencia. Como los muertos. 



Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X


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