Bolivia. 13 de junio
de 2003, víspera de la Fiesta del Señor del Gran Poder. César Amato regresa a la
ciudad de La Paz. Es un hombre que viste distintas pieles y tiene la capacidad
de “ser muchas personas”. Ahora es un detective privado especializado en casos sin
resolver. Recibe un llamado. Deberá buscar al “cadáver que respira”, una
criatura misteriosa a la que Sara Chura necesita encontrar con urgencia, para
poder despertarse.
Hasta aquí uno podría
pensar en una novela policial. Pero hay mucho más. Tanto que es difícil
explicarlo. Juan Pablo Piñeiro ha escrito una novela de una belleza inusual, inclasificable.
Un libro que se lee de un tirón y que nos deja en ese umbral en el que hemos
entendido algo pero no podríamos decir qué es.
La primera frase
dibuja el mapa: “El mundo es la casa embrujada que todos habitamos”. Hay un
embrujo, hay una construcción, hay algo que surge de los lazos. A veces un
relato mágico es la herramienta más eficaz para hablar de lo real. Piñeiro sabe
recorrer esa línea, contar lo increíble, volverlo verosímil y, lo que es más
importante, verdadero.
El autor boliviano expone
algo innegable: entre todos creamos eso que llamamos “realidad”. Pero hay mucho
más ahí afuera: lo misterioso, aquello que solemos considerar sobrenatural solo
porque nuestros ojos están domesticados. Cuando
Sara Chura despierte nos recuerda que vamos tejiendo el mundo y que al
mismo tiempo somos los hilos que forman esa trama. La historia pone en juego
algo esencial de los pueblos originarios de América Latina: otro modo de ver las
cosas, otra manera de reconocerse parte del universo, otras formas de
conocimiento, otra relación con el tiempo, otro tipo de vida.
La novela es tan diversa
que posiblemente este comentario no pueda hacer justicia a su enorme
heterogeneidad de voces. Hay humor, hay aventuras, hay un uso poético del lenguaje,
hay una cosmovisión completa. Podría decirse que este libro es heredero de las
obras de Juan Rulfo y Manuel Scorza. Pero se trata de un legado renovado: Piñeiro
tiene voz propia, una voz que viene a decir lo suyo de modo único.
Cuando Sara Chura despierte habla
de la identidad, los cambios, el tiempo, el lenguaje, el sentido de comunidad y,
fundamentalmente, de esa ficción llamada realidad.
Celebramos este
primer libro publicado por la nueva editorial cordobesa Portaculturas. Ojala
vengan muchos más.
Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
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