Junio de 1816. Cuatro amigos conversan después de la cena. Lord Byron, el
dueño de casa, propone que cada uno escriba una historia de terror. Están en
Villa Diodati, a orillas de un lago, en la ciudad de Ginebra. Afuera hay una
gran tormenta.
Polidori es el médico de Byron. Escribe una historia en la que una mujer es
castigada por su indiscreción. El poeta Percy Shelley comienza un relato pero no
lo termina. Byron también deja el trabajo por la mitad.
Mary Wollstonecraft no logra dar con una idea que la entusiasme. Su amante,
Shelley, le insiste para que no desista. Unas noches después, a raíz de otra
conversación de sobremesa, Mary, de sólo 18 años, se topa con el germen de la
obra que la convertirá en un clásico. Escribe un cuento que luego se convertirá
en novela. El personaje principal se llama Frankenstein.
Aquella noche quedó grabada en la historia de la literatura no sólo por la
aparición del mítico monstruo. El cuento que Byron había dejado sin terminar
fue retomado años después por Polidori. Su relato será considerado la primera
narración en lengua inglesa en la que aparece un vampiro.
Los cuatro amigos son reunidos en la antología Fantasmagoriana pero no con lo que escribieron aquel junio de 1816 (salvo
en el caso de Byron). El libro incluye una narración de Percy Shelley, el
relato inconcluso de Byron, la reelaboración que escribió Polidori y un cuento
de Mary Wollstonecraft Shelley posterior a “Frankestein”.
Eugenia Almeida
Publicado en Ciudad X
Marzo 2014
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