El 3 de agosto de 1997, en su cumpleaños número 77, la escritora P.D. James decidió comenzar un diario y detallar su vida durante un año. El resultado final se parece a esos relatos que suelen hacer las abuelas: una narración que va y viene, que mezcla el presente con el pasado, que pone en un plano de igualdad el detalle mínimo cotidiano y los hechos extraordinarios.
Con una mirada conservadora en relación a la política y al análisis de la sociedad, James va detallando su vida laboral (enfermera de la Cruz Roja; empleada pública en hospitales, juzgados y el departamento de policía; integrante del consejo directivo de la BBC; miembro de la Cámara de los Lores), algunos hechos históricos (la Segunda Guerra Mundial, el lanzamiento de la bomba atómica, la caída del muro de Berlín, la muerte de Lady Di) y tramos de su historia personal (el nacimiento de su hija en pleno bombardeo; las internaciones psiquiátricas de su madre y su esposo; una infancia recordada como “una meseta de temor con picos ocasionales de ansiedad aguda”).
La autobiografía también ofrece reflexiones en torno a la escritura. James recomienda autores y analiza parte de la historia del policial en lengua inglesa. Aparejado a esto y a su experiencia en los tribunales y la policía, la escritora repasa algunos casos criminales, como aquella serie de asesinatos en los que se basó De Quincey para escribir “El asesinato considerado como una de las bellas artes”.
Eugenia Almeida
Publicado originalmente en Ciudad X
Febrero de 2014
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