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martes, 15 de abril de 2014

Váyase, Guzmán - Alan Sillitoe





“El pasado es un sótano (...) donde hay que entrar para poner una bala en la nuca del monarca que pueda estar reinando allí demasiado autocráticamente. Sólo hay que avanzar con lentitud y cautela, para estar seguro de matar al que se debe matar, porque cualquier error podría llevar a uno a poner una bala en su propia nuca.”

Parados al pie de ese sótano están los personajes de estos siete cuentos de Alan Sillitoe. Gente que se tambalea ante una brecha insalvable: la distancia entre lo que uno es, lo que esperaba ser, lo que se ha permitido. Hundidos en un presente agobiante y, sin embargo, incapaces de hacer un movimiento.

El derrumbe de un matrimonio; la carrera frenética de una gallina sin cabeza; atizadores que están a punto de ser usados para la violencia pero que finalmente son puestos en su lugar; un padre que muere dejando “una vida incumplida”; el riesgo que implica asomarse a las cosas muertas; los modos en que aceleramos o retardamos los efectos del tiempo; gente que en vano se dice a sí misma: “Ahora puedo contenerme hasta que llegue el momento; entonces saldré entero de este desierto y nunca más volveré.”

Alan Sillitoe (Inglaterra, 1928-2010) sacudió la literatura británica a mediados del siglo XX retratando la desilusión de los jóvenes de clase obrera en la Inglaterra de posguerra. La leyenda familiar dice que su primer cuento (protagonizado por sus primos) fue quemado por su madre, asustada por todo lo que el chico había revelado en ese relato. Nacido en un hogar pobre, Sillitoe dejó la escuela a los 14 años y comenzó a trabajar en una fábrica de bicicletas. Durante la Segunda Guerra Mundial fue telegrafista de la Fuerza Aérea en el actual territorio de Malasia. Su obra más conocida es “La soledad del corredor de fondo”.



Eugenia Almeida
Publicado en Ciudad X
2014



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