miércoles, 18 de junio de 2014

La última hora - David Benioff







Nueva York, jueves, fines de enero. Un hombre se sienta a mirar el paisaje de la ciudad. Sabe que durante siete años deberá reconstruir lo que ve como un recuerdo precioso, algo a que aferrarse cuando la puerta de la celda se cierre. Monty Brogan mira la orilla del East River, los puentes, el faro, los remolcadores que cortan el agua en dos. Siempre está acompañado por Doyle, un pitbull que rescató de la calle, un perro que se le parece: alguna vez fue entrenado para pelear y luego fue abandonado.

Hay cinco personas que gravitan alrededor de Monty y su último día de libertad. Sus dos amigos –un agente de Wall Street y un profesor de secundaria–, su novia, su padre y Uncle Blue, un criminal que hasta ahora ha oficiado de jefe. Con ellos va a compartir ciertos rituales de despedida. Pero no habrá remanso. Monty sabe que a la mañana siguiente deberá tomar un colectivo para viajar a la prisión de Otisville, que la tregua terminó, que la droga que los federales encontraron en su casa lo ha llevado justo ahí: a la víspera del encierro. Sólo parece haber tres opciones: entregarse, escapar o suicidarse.  

Los escenarios que se presentan –la Bolsa, el colegio, los espacios del crimen organizado– están atravesados por la competencia, por una lucha en la que sólo el más fuerte puede quedar en pie. La pregunta que inquieta es quién define la fortaleza.

Quizás lo más logrado de esta novela sean algunas pequeñas imágenes que impactan por su sencillez y su contundencia. En un momento se ve a dos jugadores de ajedrez frente a un tablero en el que sólo hay piezas negras. ¿Es posible elegir? ¿Alguien podría describir la historia de esa partida imposible? ¿Qué comparten o se disputan esos dos jugadores? El autor deja esas preguntas sin respuesta, como una potente estrategia para reflexionar sobre el efecto que tenemos unos sobre otros. Lo que pasa nunca le sucede sólo a uno, siempre hay algo allí que recuerda una piedra hundiéndose en el agua. Los efectos se expanden, hacen que el mundo cambie al compás de ese movimiento. Todos estamos enlazados pero, como dice uno de los personajes, “nadie puede ayudar a nadie”.

David Benioff nació en Nueva York en 1970. Durante años trabajó como profesor de inglés en un colegio secundario. La última hora, su primera novela, fue rechazada por más de 30 editoriales antes de ser publicada. Cuando el director de Cine Spike Lee la leyó, se contactó con el escritor y le pidió que escribiera un guión para llevarla al cine. La película se estrenó en 2002, protagonizada por Edward Norton y Philip Seymour Hoffman. 

Luego de ese trabajo, Benioff fue contratado para escribir otros guiones –entre ellos, los de las películas Troya, El umbral y X-Men orígenes: Wolverine–. Actualmente es uno de los guionistas de la exitosa serie Juego de Tronos.   



Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X



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