miércoles, 26 de marzo de 2014

La Agencia Literaria Mertin nominada por la Feria del Libro de Londres







Es una alegría enorme celebrar la nominación de la Agencia Literaria Mertin para el Premio al Mejor Agente Internacional en la Feria del Libro de Londres.

Nicole Witt es un ejemplo de inteligencia, delicadeza e integridad. Felicitaciones a este equipo que hace más fácil -y más apasionante- el trabajo de tantos escritores.




El guardián de la calle Ámsterdam / Sergio Schmucler





Hay una calle en la Ciudad de México. Según los planes iniciales, debía tener forma circular pero terminó siguiendo las huellas de un antiguo hipódromo y se convirtió en una elipse. Si uno camina por ella y pretende no desviarse nunca, volverá a pasar una y otra vez por los mismos lugares. Ese detalle inquietante sirve para desovillar una historia precisa y conmovedora que aborda la memoria, el exilio, la identidad, el efecto del tiempo y la distancia, los modos posibles de estar en el mundo y de transformarlo a través de nuestros actos.

El protagonista es un niño que queda atrapado en su interpretación de un doble mandato familiar: su padre le ha dicho “serás carpintero o no serás nada”, su madre ha dicho “mi hijo nunca saldrá de esta casa”. Galo opta por no ser nada y por no moverse de su casa. Esa decisión quedará reforzada por la única incursión que intenta: cuando decide salir a conocer el mundo, se propone caminar siempre por la misma calle, esa misteriosa calle que –por su diseño– lo trae de regreso y lo convence de que no es necesario volver a salir. 

Los cuartos de su casa se convertirán en habitaciones de alquiler. Con el paso del tiempo llegarán una familia escapada de Berlín, un peluquero español, un cura y su catecismo, tres jóvenes y una valija llena de armas, una pareja de estudiantes, un uruguayo y su esposa. Cada uno arrastra los efectos de la Historia sobre su vida. Atada a ellos viene la violencia del nazismo, la España franquista, el oscurantismo de la Iglesia, las dictaduras latinoamericanas y la represión en el propio México. Extranjeros, desterrados, exiliados, perseguidos políticos. Galo mirará a estas personas intentando registrar una complejidad que deberá desmenuzar y luego reconstruir en sus propios términos. 

El guardián de la calle Ámsterdam es un libro fresco, luminoso. Un libro profundamente humano que se inscribe en la tradición de la memoria y deja flotando muchas preguntas. Quizás una de las más potentes sea qué podemos hacer sobre el mundo. Cómo colaborar –desde la alegría o desde la furia– con aquello que quisiéramos posible.


La mirada etnográfica

Sergio Schmucler logra una paradoja de rara belleza: haber escrito un libro sobre el exilio relatando la historia de alguien que ha decidido no moverse de su casa. “Descubrí con Galo que estar quieto te hace ver con mucha más minuciosidad el universo. En la medida en que uno se resigna a que nunca más va a poder moverse de su lugar, que en el fondo no hay salida, que uno no se escapa de sí mismo. Ser consciente de eso permite hacer preguntas más ingenuas, más literarias; preguntas que explotan la realidad y te llevan a un conocimiento más profundo, más poético. El personaje fue haciéndome descubrir que en ese no moverse, en ese reconocer que por más que uno se vaya no se va, la nostalgia del lugar perdido es porque uno sigue en ese lugar”. 

La novela surgió de un modo inesperado: “Un amigo, director de cine, me pidió una historia que se pudiera contar siempre en un solo lugar. Y se me ocurrió el mecanismo de Galo sentado en la silla. Lo que pasa es que me rebasó. Apenas la empecé a escribir me di cuenta que había encontrado el mecanismo para contar mi historia vinculada al exilio y la historia de mi desvinculación y mi reflexión o mis preocupaciones sobre la revolución”. 

Al releer la novela en vísperas de su publicación, Schmucler se preguntó de dónde podía venir ese personaje tan singular que es Galo. “Lo emparenté con el pibe que decide no crecer de El tambor de hojalata de Günter Grass. Me acordé de los personajes de Ítalo Calvino, como El barón rampante, entre ingenuos y volátiles; ingenuos que miran. Galo no puede dejar de ser el hombre que somos todos, que perseguimos un mandato o negarnos a él.”  

Hay algo taoísta en el modo de hablar de Schmucler. “Tratar de entender” es una frase que repite a lo largo de la conversación. Como si hubiera ahí algo nodal de su modo de estar en el mundo. Escuchar, entender. 

En su primera novela, Detrás del vidrio, el protagonista se pregunta: “¿A alguien le importan los recuerdos de otro?”. Quizás pueda considerarse a El guardián de la calle Ámsterdam como una respuesta a aquella pregunta planteada tantos años atrás. 


Eugenia Almeida

Publicado en Ciudad X
Octubre de 2013

http://www.lavoz.com.ar/ciudad-equis/exilio-y-memoria-en-la-nueva-novela-de-sergio-schmucler



jueves, 20 de marzo de 2014

40ª EDICION DE LA FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO DE BUENOS AIRES








Cuarenta años bien valen un banquete
“Tenemos todo un pasado para contar, pero vienen muchos más capítulos por escribir”, sostiene la directora Gabriela Adamo. Con San Pablo como ciudad invitada de honor, la feria de este año traerá varias novedades y buscará incentivar el perfil federal.
Por Silvina Friera
“Capítulo 40” o cómo tirar la casa por la ventana. En el origen de esta expresión popular está una costumbre que se practicaba a principios del siglo XIX, cuando el afortunado ganador de la lotería, luego de enterarse del gran batacazo, arrojaba literalmente a la calle los viejos muebles del hogar para comenzar una nueva vida. Se trata de celebrar una ocasión especial. La Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que se realizará del 24 de abril al 12 de mayo con San Pablo como ciudad invitada de honor, cumple cuarenta años. Y tiene sobre rieles una programación para festejar a todo trapo con los “saraos” paulistas y escritores tan diversos como el estadounidense Paul Auster, el su-dafricano J. M. Coetzee, los chilenos Pedro Lemebel y Diamela Eltit, el guatemalteco Rodrigo Rey Rosa, el mexicano Mario Bellatin y los españoles Almudena Grandes y Arturo Pérez-Reverte, por mencionar apenas algunos de los invitados hasta ahora confirmados. “Me alegra enormemente que pudimos encontrar un fuerte consenso en torno de Quino, querido y respetado por todos, que implica un mensaje de unidad para la inauguración. La proyección internacional que tiene el creador de Mafalda puso a nuestra feria en todos los diarios del mundo”, pondera Gabriela Adamo, directora de la feria. Quino dialogará en la apertura de esta edición con los periodistas Cristina Mucci y Carlos Ulanovsky. “Arrancamos con todo el primer fin de semana con otro diálogo esperadísimo entre Auster y Coetzee”, agrega Adamo. Una de las novedades más significativas de este “Capítulo 40” –el lema de esta edición– es “Diálogo de provincias. Lecturas con tonada”, una serie de encuentros con diversos escritores de distintas provincias del país.
“Son cuarenta años ininterrumpidos de una feria abierta al público, en contextos bien complicados y de todo tipo”, plantea Adamo a Página/12. “Son cuarenta años de una institución civil, la Fundación El Libro, que reúne a todos los jugadores de la industria editorial bajo un mismo paraguas, que ha tenido todo tipo de discusiones internas y de tormentas y se sostiene en el tiempo. Tenemos todo un pasado para contar, pero vienen muchos más capítulos por escribir.” La directora subraya que esta edición va a estar atravesada por los festejos. “Queremos festejar con los lectores, con el público. La idea es festejar con quienes vienen a la feria y por quienes hacemos este trabajo. Va a haber sorpresas de distintos tipos todos los días.” El viernes de la semana pasada estuvo el equipo de trabajo de la Biblioteca Mário de Andrade, encabezado por su director, Luiz Armando Bagolin, que se está ocupando de curar el programa cultural de la ciudad invitada. “El stand de San Pablo no tiene nada que ver con lo que vimos cuando estuvo Amsterdam –compara la directora–; es mucho más moderno y de-sarmado. Habrá también un café, eso quedó como marca registrada, como punto de encuentro donde la gente se pueda sentar, tomar algo y escuchar las charlas y actividades programadas por la ciudad invitada.”
El énfasis de la programación de San Pablo estará en la “literatura de la periferia”, cuya cabeza más visible es el narrador paulista Ferréz, creador del Movimiento de Literatura Marginal que desde fines de los años ’90 agrupa a escritores de las regiones periféricas del Brasil, autor de la novela Manual práctico del odio, publicada en el país por Corregidor con traducción de Lucía Tennina. “Lo que me impresionó es que van a traer cuatro ‘saraos’; son lugares en los barrios periféricos, generalmente bares transformados en espacios culturales, donde se empezó a juntar la gente para hacer intervenciones artísticas. Y la literatura tuvo mucha fuerza. Son más o menos unas veinticinco personas por ‘sarao’, así que van a venir unos cien jóvenes, en su mayoría poetas, performers y músicos. Estos ‘saraos’ van a estar funcionando todos los días en la feria, además de las mesas con escritores, intelectuales, antropólogos y sociólogos. Y vienen muchos autores infantiles.” Dicen que los saraos artísticos –que hoy son más de 30– se han expandido como una mancha de aceite por la periferia de San Pablo, megalópolis de más de 20 millones de habitantes. Algunos escritores paulistas que se presentarán en La Rural son Ricardo Lísias, Andrea del Fuego, Heloísa Prieto, Regina Machado y Ricardo Azevedo.
Continúa el Diálogo de Escritores latinoamericanos, que se hará del 3 al 6 de mayo. Edmundo Paz Soldán (Bolivia), Diamela Eltit, Rodrigo Rey Rosa, Mario Bellatin, Iván Thays (Perú), Darío Jaramillo (Colombia) y Eduardo Lalo (Puerto Rico) son algunos de los narradores que intervendrán en esta tercera edición. “Desde que estoy como directora, hace tres años, lo recibí como un reclamo: ¿qué pasa con los escritores que viven en el interior del país que no están en la feria? Le estuvimos dando muchas vueltas al tema porque es difícil darles el lugar que merecen sin que queden con el sello de ‘escritor del interior’. Al final, vamos a copiar el modelo del Diálogo Latinoamericano para hacer un diálogo similar que se llamará ‘Lecturas con tonadas’”, confirma la directora de la feria sobre este encuentro que se concretará del 29 de abril al 2 de mayo. Cada quien con su tonada, conversarán sobre distintos tópicos literarios María Teresa Andruetto, Luciano Lamberti y Eugenia Almeida (Córdoba), Mempo Giardinelli (Chaco), Cristina Iglesia (Corrientes), Mario Ortiz (Bahía Blanca), Alejandra Araya (San Juan), Fabián Soberón (Tucumán) y Salvador Marinaro (Salta).
Otra novedad de esta edición es un nuevo stand acerca de la historia del libro. “Es algo así como ‘los secretos del libro’, donde se va a desplegar una pequeña línea de producción que va de un escritor escribiendo, pasando por un corrector corrigiendo, hasta un diseñador y una pequeña impresora para que se pueda ver todo el proceso de factura del libro, algo que los editores se sienten como frustrados porque es tan difícil de explicar y a los lectores les da mucha curiosidad. Entonces, lo mejor es mostrarlo”, plantea Adamo. Este stand lo organiza la Fundación El libro, junto con la Fundación Gutenberg, la carrera de Edición de la Universidad de Buenos Aires y TEA (Taller, Escuela, Agencia). Una deuda pendiente de la feria eran los talleres de escritura. En el surtido de propuestas se podrá optar por el taller de principio de novela a cargo de Ignacio Molina; el de cuento, dictado por Edgardo Scott; el de escritura creativa, de Ariel Bermani; el de poesía, a cargo de Vanina Colagiovani, y un taller de guión de historietas, por Luciano Saracino. El espacio Zona Futuro, coordinado por Iván Moiseeff y Esteban Castromán, pondrá el eje en lo que se escapa de los libros y cómo hoy en día la literatura está circulando por YouTube, en tumblery y en otros espacios.
El estadounidense Andrew Wylie, el agente literario apodado el Chacal que gestiona los derechos de más de 700 escritores en todo el mundo, será una de las visitas estelares de las jornadas profesionales, además de la librera italiana Grazia Gotti y el representante inglés de la editorial de Harry Potter, Bill Swainson. “En estos tres años hubo mucha apertura. Ahora es momento de una nueva vuelta de tuerca. Tenemos que evaluar qué cosas tienen sentido mantener y cuáles queremos que den paso a otras nuevas, que es una de las cosas más difíciles de hacer con lo que uno mismo puso en marcha”, reflexiona Adamo.
–¿Qué pasa con la lectura que a veces está más pegada al espectáculo que al libro en sí?
–Sobre eso tenemos que seguir trabajando dentro de lo que permite la feria, que es un evento masivo y su cuota de espectáculo la va a tener siempre. La programación de la feria se hace entre todos. La parte más grande la hacen los expositores. Hay que trabajar con ellos para que no piensen que tienen que traer a la última vedette de moda para presentar un libro. No vamos a poder evitar que en algún momento eso pase. Forma parte de la feria misma. El gran desafío que tenemos desde la feria es que quizás haya gente que se acerque por la estrella de la tele. Que disfrute a esa estrella, pero que además vea que hay una oferta mucho más grande y que se puedan llevar otro tipo de libros cuando salen.



http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/17-31625-2014-03-19.html



miércoles, 19 de marzo de 2014

Ciclo de Escritores en Casa - Escuela de Letras - Universidad Nacional de Córdoba




Semana de la Memoria.

Facultad de Filosofía y Humanidades.


La Escuela de Letras pone en marcha el ciclo Escritores en Casa.

"Narrar la dictadura desde los márgenes".


El jueves 3 de abril, a las 19 horas, en la Sala B, del Pabellón Residencial se llevará a cabo un diálogo abierto entra las escritoras MaríaTeresa Andruetto y Eugenia Almeida.




martes, 18 de marzo de 2014

La voz del violín - Andrea Camilleri




Una anciana oye decir que uno de sus vecinos, el famoso violinista Cataldo Barbera, está endeudado. La mujer se ocupa de solucionar el problema recurriendo a viejos contactos. Cuando el músico se entera de lo que ha sucedido decide agradecerle de un modo particular: cada viernes, a cierta hora, abrirá sus ventanas para que la vecina disfrute de un concierto privado. Los jueves por la noche le enviará un papel con el programa del día siguiente. La anciana, una vez por semana, se prepara para su regalo. Se sienta en el salón y se dispone a escuchar. Una vez que el concierto termina, llama por teléfono a su vecino, apoya el auricular sobre un aparador y aplaude.
Este es el tipo de escena que uno puede encontrar en los libros de Andrea Camilleri.

La voz del violín es la cuarta novela protagonizada por el personaje más famoso del escritor italiano: el comisario Salvo Montalbano. La historia transcurre en Vigàta, una ciudad imaginaria situada en Sicilia.

Montalbano viaja a la localidad de Floridia para asistir al entierro de la mujer de un amigo. De camino, el chofer pierde el control y tienen un accidente: han golpeado contra un auto estacionado. Como no pueden demorarse, dejan un papel con el teléfono de la comisaria bajo el limpiaparabrisas. Al volver, varias horas después, el auto y el papel siguen allí. El comisario y su chofer golpean la puerta de una casa cercana pero nadie responde. Montalbano se inquieta. Volverá por la noche, forzará la puerta y encontrará el cadáver de una mujer desnuda. Ahora deberá encontrar el modo de llamar la atención sobre la casa sin evidenciar que entró allí ilegalmente.

Ayudado por el subcomisario Augello y por la señora Clementina Vasile Cozzo, una maestra jubilada a la que Montalbano visita cada semana, el comisario entrará en una historia que incluye un matrimonio por conveniencia, una valija, un joven que grita “¡Castíguenme!”, un nuevo jefe de policía, un anticuario, los capo mafia delatándose mutuamente, la corrupción de la policía y la Justicia, secretos, alianzas, un caso de gatillo fácil y una serie de confusiones, errores y malentendidos que precipitan y ahondan la tragedia.


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X
Enero 2014

viernes, 14 de marzo de 2014

L'Accoudoir: comentario sobre la versión francesa de "El colectivo"

L'Accoudoir
Parce que même le canapé lit.










L’Autobus, de Eugenia Almeida – éd. Métailié Suites
Publié le 12/09/2012 par Mikaël Demets


On se croirait au théâtre. En grande partie composée de dialogues, l’intrigue se déroule dans un lieu clos – un village isolé du fin fond de l’Argentine. On suit les interactions d’une demi-douzaine de personnages qui vivent dans cet espace confiné soudain perturbé par une anomalie : un jour, l’autobus qui relie le village au reste du pays ne s’arrête pas. Même chose le lendemain, puis le jour suivant. Pourquoi l’autobus ne s’arrête plus ? Que peut-il bien se passer là-bas, à la capitale, pour que les choses soient à ce point bouleversées?

L’écriture sèche et minimaliste d’Eugenia Almeida fonctionne par métaphores, s’appuyant sur des phrases faussement bénignes pour illustrer la contamination lancinante des esprits par la dictature. La répétition inlassable de chaque journée, qui rappelle Ionesco ou Beckett, est amplifiée par l’élan monotone de la foule grégaire venue regarder, tous les soirs, le bus passer sans s’arrêter. Dans ce cadre figé, la dégradation s’opère par petites touches imperceptibles. L’inquiétude glisse vers la folie ; la peur vers la violence. Les militaires prennent les choses en main. Les livres disparaissent des bibliothèques. Les nuits deviennent plus sombres, et les cadavres se comptent au petit matin. Par sa sobriété et son détachement, L’Autobus réussit à placer un regard décalé sur les drames de l’histoire de latino-américaine. Un roman court, dont l’apparence inoffensive dissimule une puissance critique insoupçonnée.

El Colectivo. Traduit de l’espagnol (Argentine) par René Solis, édition de poche, septemBRE 2012


http://laccoudoir.com/romans/l-autobus-eugenia-almeida-3735/



lunes, 10 de marzo de 2014

Arenas de Arabia / Wilfred Thesiger



El Territorio Vacío


Inglaterra, 2003. El anciano que está acostado tiene 93 años. Vive en un geriátrico. Tiene Parkinson y Alzheimer. Cuando un médico se acerca él pregunta: "¿Cuál es su tribu?" Las manos le tiemblan. Agoniza. Dicen que su gran temor era morir de viejo en una cama, lejos del desierto que amaba. Lejos de la profundidad que descubrió entre los beduinos.

Es considerado el último de los grandes exploradores. Estudió Historia en Oxford. Cruzó dos veces el Rub´ Al-Khali, uno de los desiertos más hostiles del planeta. Durante cinco años viajó por lo que se conoce como “el Territorio Vacío”. Parte de esas travesías se convirtieron en un libro que publicó en 1959: Arenas de Arabia. Wilfred Thesiger viajó por muchos otros “lugares remotos donde los coches no pueden penetrar y donde todavía sobrevive algo de los usos antiguos”. Y sin embargo, seguía diciendo que ningún lugar lo había conmovido tanto como el desierto. Algo especial había en ese paisaje –y en la compañía de los beduinos, las tribus nómadas criadoras de camellos– que el británico trató de plasmar en su libro. “Ningún hombre puede sumergirse en esa vida y no experimentar un cambio. Llevará, por muy levemente que sea, la impronta del desierto, la marca que señala al nómada; y guardará en su interior el anhelo de volver, débil o insistente según su naturaleza. Porque esta tierra cruel puede tener un hechizo que ningún clima templado es capaz de igualar.”

De esa crueldad y ese hechizo hablará Thesiger durante más de cuatrocientas páginas. Las descripciones de la travesía son detalladas y permiten transmitir lo extremo de un viaje así. “Hora tras hora, día tras día, avanzábamos sin que nada cambiase; el desierto se juntaba con el desnudo cielo siempre a la misma distancia por delante de nosotros. Tiempo y espacio eran uno. Nos rodeaba un silencio en el que sólo se oía el viento, y una limpieza que era infinitamente ajena al mundo de los hombres.”

Lo que destaca el viajero es cómo un escenario y una compañía tal hacen que las diferencias entre los hombres desaparezcan y que emerja la desnuda fragilidad del ser humano ante la naturaleza. Umbarak, nombre con el que los beduinos llamaban a Thesiger, temía los cambios que provocaría la explotación del petróleo en esa zona.

Es especialmente conmovedor ver cómo la vida en el desierto despoja al explorador inglés de una soberbia inicial, propia de los europeos que avanzaban sobre África. En Arenas de Arabia aparecen cocodrilos enanos, gente que sabe ver en la oscuridad, camellos –a los que los beduinos llaman “regalo de Dios”–, hombres rodeando fogatas al caer la noche, la extraordinaria generosidad y hospitalidad de los pueblos árabes, arenas movedizas, escorpiones, serpientes, arañas, eclipses, tormentas, las complejas alianzas y guerras tribales, las deudas de sangre, las dunas rojas y azules, los hombres que saben adivinar leyendo la arena, las ceremonias grupales para acompañar a quien sufre, las largas conversaciones entre los viajeros. Es recomendable buscar las fotos que Thesiger tomó en sus viajes. Parte de lo que el libro relata sólo puede ser dimensionado al observar esas imágenes.


Con dos prefacios –que sugerimos leer al terminar el libro–, mapas de los diferentes viajes y un detallado índice onomástico y analítico, el libro permite conocer una región y una época que han sido devastadas por el progreso que aquel viajero tanto temía.


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X
Octubre 2013


jueves, 6 de marzo de 2014

Lire & Merveilles: comentario sobre la versión francesa de "El colectivo"


Ce roman ressemble à une chronique villageoise, une centaine de pages en huis-clos, son petit monde rural argentin, ses histoires et ses silences de province, ses certitudes et ses habitudes rassurantes. Il y a les notables et les voies de chemin de fer qui les séparent des autres villageois; il y a l'agitation et la dangerosité des grandes villes, loin, le gouvernement, loin, les nouvelles à la radio, dans le journal, qui viennent de loin. Mais qui doivent savoir. Ou alors, pour en savoir plus, certains écoutent ces silences…

Ce roman n'est pas une fresque historique relatant la dictature militaire argentine. Eugenia Almeida n'explique pas, elle décrit. Autant l'incompréhension que l'incrédulité. Et elle raconte, ces histoires qu'on se raconte et ces questions qu'on ne pose pas. Une densité palpable, un malaise face à cet horizon bouché. L'atmosphère de cette lecture est lourde, menaçante, plombée, pétrie au point d'interrogation comme l'est celle du village tendue sous cet orage en présage. Dans ce récit tout en échos, l'auteur y modèle et affine ses personnages, les réactions et les interactions, avec brio en quelques lignes aussi sobres qu'évocatrices. D'un gris métallique.



domingo, 2 de marzo de 2014

Deseo criminal / Ruth Rendell




Ruth Rendell tiene 83 años. Todos los días se levanta a las seis de la mañana y escribe durante cuatro horas. Por las tardes, camina hasta La Cámara de los Lords, donde participa como miembro del Partido Laborista. La autora británica es considerada una de las escritoras de suspenso más importantes del mundo.

Rendell es extremadamente hábil en narrar historias paralelas como si fueran líneas de subterráneo atravesando la ciudad. En algún punto, esas historias se cruzan y producen algo irreparable. Cada quien tiene fisuras en su vida privada; pequeñas grietas que pueden convertirse en abismo si una cuña golpea en el lugar preciso. La escritora sabe presentar el núcleo profundo de sus personajes usando como detonante un detalle mínimo, una insignificancia, algo que podría pasar desapercibido.


Deseo criminal es una novela apasionante y es también una clase magistral sobre la locura: la locura que empieza a aflorar en un rostro familiar. Los personajes son aplastados por su incapacidad de moverse de sitio, de cambiar. Obsesionados con cierta manera de hacer las cosas, paulatinamente se desprenden de la realidad para quedar atrapados en la repetición y exacerbación de un gesto vacío. Todos, de algún modo, viven bajo la premisa de que ignorando las cosas éstas quizás desaparezcan. Por el contrario, la decisión de cerrar los ojos es lo que provoca la desgracia.


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X
Enero 2014