jueves, 6 de julio de 2017

Por qué leer “El arresto”, de Perla Suez




Habría que mencionar algunas palabras. Y que sean ellas las que hagan el dibujo. Decir, por ejemplo: herencia, silencio, sangre, naturaleza. Decir: lazos, cadenas, persecuciones, huellas. Decir: fronteras, diáspora, inmigrantes, tierra. Decir: animales, furia, desencanto, guerra. Habría que hablar de un cuerpo que trata de sostenerse en pie bajo una tormenta infinita. Una tormenta que puede venir de la naturaleza o de la especie humana; ellos, los otros, el mundo extraño que se construye usando las identidades como excusa para la violencia. 

Habría que resistirse a la tentación de explicar. Limitarse a mostrar. Poner frente a los ojos una escena que vuelva innecesario el lenguaje. Y después decir sólo dos palabras: Perla Suez. Y así, dejar que sea eso lo que hable de esta escritora que desde hace años viene dejando su huella en nosotros. Hacerle un pequeño homenaje recurriendo a su herramienta más feroz: un lenguaje increíblemente económico que se vuelve pura densidad. Un puñado de palabras que se hacen  invisibles a causa de su poder.

Las novelas de Suez recuerdan las marcas que van dejando algunos caminantes cuando recorren un sitio desconocido. Una piedra, una apacheta, dos ramas secas cruzadas sobre un sendero. Algo que nos oriente en la inmensidad; algo que señale el recorrido que hemos hecho,  que nos permita saber si ya habíamos pasado por allí, sí ya habíamos sabido alguna vez lo que luego olvidamos. 

Suez escribe y activa un dispositivo de detonación retardada. Hay algo en esas frases breves, en esos espacios en blanco, que pueden hacernos creer que estamos a salvo. Y sin embargo ahí  está, en alguna entrelínea, el estallido que puede iluminarnos o dejarnos ciegos. Y, como en los sueños, es casi imposible decir qué es lo que nos ha sacudido, por qué, qué significa. Pero uno sabe.  

Por estos días vuelve a las librerías El arresto, la segunda novela de Perla Suez, publicada por primera vez en 2001. Una historia que luego formaría parte –junto a Letargo y Complot– de la Trilogía de Entre Ríos. Es ese el territorio que elige la escritora para hablar de una familia de inmigrantes –judíos rusos– que busca acompasar sus recuerdos de nieve y trineo al clima tenso del litoral. Cantos cosacos y arroceras entrerrianas, lluvias temibles y ríos que se desbordan. Dos hermanos que se asoman al odio. Y el más joven que decide irse a Buenos Aires, donde se encontrará con ese estallido de violencia conocido como la  “Semana trágica”. 


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Número Cero

http://www.lavoz.com.ar/numero-cero/por-que-leer-perla-suez





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