martes, 12 de julio de 2016

Observada - Renée Knight



Secretos de familia 

Una mujer lee un libro. La lectura funciona como una grieta, una fisura, un quiebre que la pone frente al abismo. La novela que está leyendo habla de ella. Y se refiere a un secreto que ha guardado durante veinte años. Lo escrito bordea lo que pasó pero da una versión diferente, malintencionada, llena de furia. El libro es una trampa. Un peligro que sólo ella sabe advertir. ¿Con quién hablar de algo que hemos preferido callar? Catherine vuelve a repasar las primeras hojas. Alguien ha tachado con una línea roja la típica aclaración que advierte que la obra es ficción y que cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia. No hay datos del autor. La editorial se llama “Ramnusia”, otro nombre de Némesis, la diosa de la venganza.

El acoso, el hostigamiento y la falta de respuestas conspiran para que Catherine desespere. El punto de quiebre llega cuando su hijo le comenta, al pasar, que él ya ha leído ese libro, que alguien se lo llevó de regalo a su trabajo.

Observada, la primera novela de la guionista inglesa Renée Knight, propone una estructura que va combinando dos historias. Por un lado, Catherine y su zozobra. Por el otro, un profesor retirado, viudo, que trata de acomodar los restos de una vida destruida. Las escenas se van sumando: una mujer corre por un cementerio, un hombre encuentra escondido algo que pertenecía a su esposa muerta, un departamento en ruinas, un ratón pudriéndose; los recuerdos y las fantasías. Los rumores, las calumnias, las mentiras; el modo lento, corrosivo e irreparable en que se instala el odio. 

Observada es el séptimo título de la colección Salamandra Black, dedicada al género negro. Una novela de suspenso psicológico que hace crecer la angustia hasta un punto casi insoportable. El libro es un thriller perfecto. Aquí, lo agobiante no es un crimen sino la maquinaria de negación y justificación que funciona incansable en ciertas familias: nadie quiere ver lo que está a la vista, el sistema de percepción se desvirtúa para que cada signo corrobore que todo está bien. Una historia que establece cierto parentesco con la película Tenemos que hablar de Kevin, de  Lynne Ramsay. Renée Knight sabe hablar de la oscuridad. Algo en su estilo recuerda a Ruth Rendell, aquella maestra en contar historias que nos advierten que lo inquietante no está lejos, no está afuera, no es ajeno.  


Eugenia Almeida

Publicada originalmente en Ciudad X





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