domingo, 26 de enero de 2020

El río de la conciencia - Oliver Sacks




El misterio de la vida

En 1991 Oliver Sacks recibió una invitación para participar –junto a otros cinco científicos– en un documental donde se hablaría de “el origen de la vida, el significado de la evolución y la naturaleza de la conciencia”. Sus compañeros eran expertos en Física, Biología, Paleontología, Historia de la Ciencia y Filosofía. Sacks deslumbró a todos por su capacidad de abordar los temas desde diferentes disciplinas. Es algo que el neurólogo inglés siempre hizo muy bien. De aquella invitación surgió la idea de hacer este libro, el último que escribió antes de morir, en 2015. Ahora llega su edición en español, con esa rara atracción que ejercen las obras póstumas. 

“El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río”, escribió alguna vez Jorge Luis Borges. Esas son las palabras en las que se inspiró Sacks para titular un libro en el que retoma los puntos de interés que ha recorrido en toda su obra. La conciencia, la evolución, los modos de percepción, la memoria, el aprendizaje, la historia de la ciencia, el movimiento, el tiempo, la necesidad de narrar, la educación y la creatividad. Para abordarlos, el autor se sirve de su propia experiencia como neurólogo y de sus múltiples lecturas. Una marca de su estilo es trabajar también con la literatura. Por aquí se mezclan los nombres de escritores como H.G. Wells, Doris Lessing, Dostoievski, Mark Twain, Coleridge, Susan Sontag, Conan Doyle y Harold Pinter con científicos como Darwin, Einstein, Poincaré, Luria o Freud. 

El modo en que Sacks se acerca a la ciencia está marcado por el placer y la alegría. En ese tono, son especialmente interesantes los capítulos que hablan de Darwin y de Freud. La ciencia también puede ser vivida como un juego: el juego serio de desentrañar el ritmo de algunos misterios. Darwin y sus cinco hijos trazando las rutas de vuelo de los abejorros machos; la eufórica fascinación que sentía por las plantas carnívoras. Un joven Freud y su investigación sobre las células nerviosas de los cangrejos de río; los veinte años que trabajó como neurólogo y anatomista, cuando sus avances lo dejaron muy cerca de descubrir la existencia de las neuronas.

El río de la conciencia puede leerse alterando el orden previsto. Es uno de esos libros que tienen la potencia de un artefacto lúdico. Para quien quiera profundizar algunos de los temas propuestos, en las últimas páginas encontrará una detallada bibliografía y un índice analítico. 

Oliver Sacks nos recuerda que todos somos únicos y, a la vez, compartimos un “parentesco biológico con todas las demás formas de vida”. El tener plena conciencia de eso nos ofrece una suerte de arraigo y un espacio de pertenencia en ese misterio que es la vida. 


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en La Voz del Interior



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