domingo, 26 de octubre de 2014

Notas de prensa II - Gabriel García Márquez





Hemingway, Di Benedetto, Kapuscinski, Arlt, Eloy Martínez, Borges, Orwell, Monsiváis, Alejandra Costamagna, José Donoso, Leila Guerriero, Pedro Lemebel, Onetti, María Moreno, Vargas Llosa, Alfonsina Storni, González Tuñón, Truman Capote, Rodolfo Walsh, Elena Poniatowska, Osvaldo Soriano, Carlos Fuentes, Eduardo Galeano, Juan Gelman. 

Escritores periodistas. Periodistas escritores. Son muchos los que han ido moviéndose entre esas dos profesiones. E infinitas las discusiones que tratan de señalar dónde está la frontera entre una y otra.

Como tantos de sus colegas, también García Márquez se dedicó al periodismo. Vale la pena conocer este otro lado del Nobel colombiano y descubrir cómo su obra puede variar cuando se dedica a la ficción o cuando relata en primera persona ciertos aspectos de la realidad.

En Notas de prensa II se incluyen artículos publicados entre 1961 y 1984. Y allí se encuentra un poco de todo.

Para empezar, la literatura: El proceso de escritura, los “desastres ortográficos”, la traducción y sus misterios, la rutina laboral de escribir una columna, las reflexiones sobre la propia obra, algunos bocetos o ideas que no llegaron a convertirse en cuentos, la lectura.

Luego, los viajes: Roma, Grecia, Ámsterdam, París, Madrid, Moscú, las visitas a Neruda en su casa de Normandía. García Márquez viajaba tanto que, para conjurar el malestar de despertarse sin reconocer el lugar donde estaba, se acostumbró a dejar junto al teléfono un papel con el nombre de la ciudad en la que se acostaba a dormir.

Finalmente, la política. Las persecuciones que sufrió en Colombia; sus encuentros con líderes del  Movimiento Diecinueve de Abril; sus gestiones ante Fidel Castro para lograr la liberación de prisioneros colombianos en las cárceles de Cuba; su condena al Premio Nobel de la Paz otorgado a Menájem Beguin; la negativa de Estados Unidos a dejarlo entrar a su territorio por considerarlo comunista;  las relaciones con figuras poderosas de la época (Mitterrand, Torrijos, Olof Palme, Felipe González); su viaje a Washington como integrante de la delegación panameña en la firma de los tratados sobre el Canal; la CIA y la intervención en Nicaragua; la muerte de Monseñor Romero y Maurice Bishop; los horrores silenciados de la Guerra de Malvinas; Juan Pablo II y su incapacidad de comprender a realidad latinoamericana; la Revolución de los claveles en Portugal. 

De esta mezcla de reflexiones, testimonios y confidencias quedan algunas imágenes que vale la pena mencionar: Juan Rulfo buscando nombres para sus personajes entre las lápidas de un cementerio;  Nicolás Guillén, asomado al balcón de su habitación en París, voceando a gritos las últimas noticias latinoamericanas para que pudieran oírlas los paisanos que se habían refugiado en Francia; Fidel Castro calculando las posibilidades de morir que había enfrentado Graham Greene las cuatro veces que había jugado a la ruleta rusa cuando tenía 19 años; el día del Nobel: el teléfono que suena en la madrugada de México, su esposa Mercedes que lo atiende semidormida y se lo pasa diciendo: “Te llaman de Estocolmo”.

Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X



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