martes, 2 de febrero de 2016

A la sombra del árbol violeta - Sahar Delijani




Los niños del Jacarandá 

Familias que intentan sobrevivir, cada una a su manera, a la violencia política sin freno. Madres que esperan a sus hijos desparecidos. Niños que no llegan a conocer la historia de sus padres. Hombres y mujeres que sufren la prisión, la tortura, la muerte. El toque de queda, las purgas en la universidad, la censura, la prohibición de los partidos políticos. Interrogatorios que replican las mismas preguntas una y otra vez. Detenidos que tratan de identificar el lugar en el que están espiando a través de la venda que llevan en los ojos. Personas preguntando por sus seres queridos. Ejecuciones. Fosas comunes. 

Todo hace pensar en Argentina en 1976 y los años que siguieron. Pero es Irán. Un Estado ultra religioso y fanático decidido a aniquilar a todo aquel que no se le parezca. 

1983, la prisión de Evin en Teherán. Una mujer embarazada es sacada de su celda para llevarla al hospital. En pleno trabajo de parto es interrogada. Una prisión custodiada por los Hermanos, la temible policía política que domina el país. Se oyen gritos sin que nadie sepa de dónde vienen, sin que nadie se atreva a preguntar. Gritos que toman la forma de una amenaza: quizás el próximo en gritar sea el que ahora escucha esos aullidos temblando. Se detiene a todo sospechoso de ser antirrevolucionario o de no ser lo suficientemente religioso. Los coches patrulla de los Guardianes de la Revolución recorren las calles cazando disidentes. 

El “consejo de la muerte” ordena, en 1988, la ejecución de 5000 prisioneros  acusados de ser “apóstatas” y “enemigos de Dios”.

Un chico presencia el secuestro de sus padres. Las patotas, las puertas destrozadas, la casa revuelta. Las familias ocultan que uno de los suyos ha sido detenido, temerosas de que la acusación se extienda y los atrape a todos.Una niña exiliada, rodeada de sus compañeros de escuela en un nuevo país, responde “no sé” cuando le preguntan su nombre. Una madre decide ocultarle a su hija el modo en que murió su padre. Otra madre usa todas las palabras posibles para contar lo que ha vivido. Los relatos familiares, los secretos. Una anciana que repite la frase “no puedo hablar de eso”. El modo en que cada uno lucha contra el horror.

De todo eso habla A la sombra del árbol violeta. De niños nacidos en la prisión y luego entregados, en algunos casos, a los familiares que quedan. De una tía y una abuela dedicadas a criar a esos chicos separados de sus padres pero también a otros que van llegando, desprotegidos, desarraigados. Dos mujeres que acompañan y tratan de  acotar el dolor y la pérdida en una casa con un inmenso jacarandá. El árbol violeta que se vuelve un símbolo de belleza y de vida, atravesando la historia de esas familias. 

El título original de este libro es Los niños del Jacarandá y es justamente en torno a ellos donde ancla la historia, aunque el relato cruce tres generaciones. Neda, Omid, Sheida, Sara, Forugh, Donya. Hijos de hombres y mujeres que estuvieron detenidos o fueron asesinados en la década de 1980. Chicos que ahora son adultos. Algunos han vivido el exilio, refugiados en Estados Unidos, en Italia, en Alemania. Adonde van, llevan con ellos la herencia de lo sufrido.

Con un relato detallado, centrado en los más mínimos gestos, Delijani pone en escena las vidas cotidianas arrasadas por la violencia. No solo se trata de la muerte. También están ahí los silencios, el terror de lo callado colándose por cada grieta. Como dice uno de los personajes: “Los secretos te roban la infancia (…) Cuando la muerte se instala, la niñez se desvanece.” 

La autora habla del dolor y del duelo pero también de la lenta reconstrucción de la alegría, de la resistencia, de la voluntad de cambiar las cosas. La novela abarca la historia de estas familias desde 1983 a 2011. Los niños ya han crecido y cada uno de ellos tomará una posición personal ante la nueva embestida de violencia en Irán. 

Sahar Delijani conoce bien la historia que cuenta. Aun si la novela es una ficción, mucho de lo relatado realmente sucedió así. La autora nació en la prisión de Evin en 1983. Sus padres fueron detenidos por oponerse al régimen islámico que logró apropiarse de la Revolución que derrocó al Sha. Los grupos que habían participado de la revolución pero luego no apoyaron el nuevo régimen teocrático del Ayatolá fueron perseguidos con ferocidad.

Cuando Delijani tenía 12 años, su familia emigró a los Estados Unidos. Actualmente vive en Italia. A la sombra del árbol violeta –traducida a 28 lenguas y publicada en 75 países– es su primera novela.


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Ciudad X



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