lunes, 15 de octubre de 2018

“Magnetizado” - Carlos Busqued




Durante mucho tiempo, los lectores de su primera novela repetíamos con impaciencia una pregunta: ¿publicó algo más Busqued?

Hace un par de años, el escritor visitó la Feria del libro de Córdoba y leyó algunos párrafos de lo que estaba escribiendo. Eran parte de lo que hoy es Magnetizado.

En pocos días de septiembre de 1982, Ricardo Melogno asesina a cuatro taxistas. Su hermano lo entrega a la policía. Lo detienen. Va a vivir bajo esa condición más de treinta y cuatro años. Cárceles y pabellones psiquiátricos de establecimientos penales. Lo que más desconcierta de esos crímenes es la falta de un móvil. El no poder desentrañar un porqué.

Carlos Busqued conversó con Melogno durante más de noventa horas, de noviembre de 2014 a diciembre de 2015. La palabra clave aquí es “conversar”. No hay juicio, no hay interrogatorio. Dos hombres conversan. Se asoman a la complejidad.

En Magnetizado no hay morbo, no hay lecciones de moral, no hay categorías, no hay deseos de cristalizar al monstruo en el otro. Lo que sucede es exactamente lo contrario: uno llega a sentir cuán cerca está Melogno. Qué frágil es la frontera. 

Un libro de asesinos tradicional respondería a la pregunta de quién es ese asesino. Magnetizado no responde. Sólo pregunta. Pero pregunta otra cosa: ¿Quiénes somos? 

El libro de Busqued despliega ante los ojos el derrotero de alguien cuya única expectativa hoy es “ser una persona”. Justamente la palabra que usa para referirse a sus víctimas. No dice “hombre” ni “taxista”. Dice “la persona”. Entonces: ¿Qué es una persona?

Lo que queda en el aire es la ferocidad del sistema penal y psiquiátrico. Una maquinaria que castiga. Un dispositivo que  se permite lo indecible en la legalidad del horror. Alivia escuchar la conversación con M.R., la médica psiquiatra que atendió a Melogno durante siete años en la Unidad 20 del Borda. Mientras haya gente así, dispuesta a asomarse a su propia oscuridad sin deseo de catalogar la oscuridad ajena, habrá algo salvable en el verdadero monstruo que presenta este libro: nosotros.  

Leer Magnetizado hace pensar en la frase de la filósofa Simone Weil sobre los muertos: su ausencia es su nuevo modo de aparecer. Lo que ha hecho Busqued es borrarse de su propio texto, dar un paso atrás, dejarse en la niebla para que todo el libro sea ocupado por la conversación. Y, haciendo eso, ha hecho aparecer un nuevo modo de su escritura.


Eugenia Almeida

Publicado originalmente en Número Cero


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