miércoles, 14 de agosto de 2019

El arte de la ficción - Willa Cather.




La belleza de una voz

Lecturas y escritura. Sobre esos dos ejes pivotean los dieciséis textos de El arte de la ficción. “El novelista debe aprender a escribir, y después debe desaprender”, dice WillaCather. Y luego: “Todo lo que se siente sin estar nombrado en las páginas es, creo yo, la creación más genuina.”

Publicados originalmente entre 1920 y 1949, lo primero que sorprende en estos textos es que no han perdido actualidad ni frescura. Además de recorrer la obra de Balzac, Tolstoi, Shakespeare, Turgueniev y otros, la autora permite recuperar escritores algo olvidados hoy, como Sarah Orne Jewett. 

Cather dice que es fácil describir las “cualidades de un escritor de segunda línea”; por el contrario,  “un escritor de primera solo puede experimentarse”, no hay modo de definir en qué consiste “la belleza de una voz”. 

No hay academicismo ni aires didácticos en este libro. Lo que uno encuentra el entusiasmo de alguien que lee y escribe. Alguien que nos cuenta cómo conoció a la sobrina de Flaubert en un viaje; alguien que se anima a llamar “calcetero avaro” a Daniel Defoe, cruzando en esa definición un trabajo (Defoe tenía un negocio de medias en Londres) y un estilo literario. Para referirse a la obra de Katherine Mansfield, Catherrelata un viaje en barco en el que conoció un pasajero (El Señor J.) que le contó cómo había conocido a Mansfield cuando era una niña. 

La autora insiste en el “efecto emocional” del arte. Y es allí donde encuentra el valor de una obra. Si logra tocar al lector, hay talento. Quizás sea un modo aproximado de definir la belleza de ciertas voces. 



Eugenia Almeida


Publicado originalmente en La Voz del Interior






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